Diario de una Ninfómana. Libertad sexual.

Valerie Tasso narra su vida a través de un diario, en ella escribe lo que piensa, siente en cada situación y en cada encuentro. Desde el principio de la lectura, nos integra fácilmente en sus reflexiones y en sus desgarradoras vivencias.

He aquí su historia, mujer francesa, con estudios universitarios, de familia acomodada, educación tradicional donde lo políticamente correcto predomina su infancia haciendo por tanto que sepulte todo tipo de sentimientos, desde cariño, afecto, etc.

Crea su propio lenguaje de comunicación a través de su cuerpo, en un intento de buscarse a si misma, experimentando la libertad de decidir con quienes y con cuantos quiere acostarse, sin importar la hora ni lugar y satisfacer así sus curiosidades sexuales. Aleja toda vinculación sentimental con quienes se acuesta, ya que tan solo tiene un objetivo, la búsqueda de placer en la intimidad del encuentro, sintiendo través de la fusión de los cuerpos ese calor humano del que carece, buscando amor, cariño, y felicidad a través del orgasmo.

Pero lo que antes era pura curiosidad por el sexo, se convierte en una pesadilla cuando se enamora de una persona vil, cruel, quien le maltrata psicológicamente, dejándola arruinada y poco más en la miseria. Ante esta situación y debido a sus conocimientos del sexo, decide, por elección propia, trabajar en una casa de prostitución de lujo. Evidentemente, experimenta un gran cambio, antes era ella la cazadora, y ahora, tiene que esperar pacientemente la elección de los clientes, prestando sus servicios y así cobrar sus honorarios. En esta fase de su vida, nos detalla la vida de las personas que integran esa casa, nos describe los motivos por los cuales todas han tomado la elección de trabajar de esta manera y nos cuenta sus experiencias con los clientes. Conoce la humillación, la repugnancia, desgana por el sexo pero, llega a enamorarse de un cliente y aunque no haya un final feliz como todos creemos, a través de este sentimiento, resurge en ella una mujer nueva, encontrando el camino y la fuerza necesaria para salir de ese mundo sin sentimientos de culpabilidad, ni remordimientos.

Particularmente me ha gustado su historia, ha sido desgarradoramente sincera, sin afán de victimista por las decisiones tomadas sino simplemente contándonos los hechos que han marcado su vida, con sus errores y aprendiendo de ellas. A la vez me ha hecho pensar sobre esa libertad sexual que la caracteriza, y considero que esto ha sido posible gracias a las continuas luchas entre distintas corrientes donde; desde las sufragistas, marxistas, pasando por las anarquistas con sus programas libertarios de sexualidad y amor libre, las teóricas feministas, sus distintas corrientes políticas en la segunda ola del siglo XX, las feministas radicales norteamericanas o las feministas de la diferencia europeas, han hecho posible ser lo que hoy somos, todas ellas han contribuido a la apropiación del cuerpo femenino por parte de la mujer, y ya no del sistema patriarcal, (aun no lograda del todo) permitiéndonos así, disfrutar de nuestro cuerpo, explorarlo, estar a gusto con nosotras mismas, elegir con quien queramos estar, con cuantos queramos, como queramos, el derecho a entregarnos con un desconocido o desconocida, estar con dos o veinte, poder probar todo tipo de posturas, dejarnos llevar por las fantasías, los juegos, haciéndonos vivir una y mil veces el placer.

Esta libertad sexual que nos pertenece por derecho me ha hecho pensar que; porque la disfrutemos, no por ello debemos dejar que nos encasillen con lenguajes sexistas, es decir de putas, facilonas , calientabragas, un poco salida, cuando en este caso, a los hombres se les considera como triunfadores, don juanes o que poseen unos niveles altos de actividad sexual.

Esta es nuestra revolución sexual y quien diga lo contrario que empiece a mirar la realidad.