28 mayo 2007

Sexismo



Término empleado por los movimientos de emancipación femenina para designar la actitud discriminatoria de los hombres en el trato con las mujeres.

Desde mi punto de vista parte de esta confusión, desconocimiento y sentimientos misóginos hacia la mujer, lo ha creado la iglesia. Es curioso como en las leyes precristianas se contemplaba mejor a la mujer, y bajo el antiguo código bizantino, las leyes de la herencia no hacia ninguna distinción entre los sexos de los herederos.

La biblia ha difundido sentimientos sexistas respaldadas por la iglesia, según San Pablo (1 Corintios 11:3) “por encima de todo hombre esta Cristo y por encima de toda mujer está el hombre”. Como dije anteriormente para la Iglesia la mujer representaba la tentación, la distracción, el obstáculo a la santidad, la trampa del diablo.


Lutero afirmaba que las diferencias físicas entre hombres y mujeres, demostraba la idea de Dios hacia el sexismo “El hombre posee un pecho ancho y grande, caderas pequeñas y estrechas, y más conocimiento que la mujer, cuyo pecho es pequeño y estrecho, y caderas anchas, están concebidas para permanecer en casa, criar y cuidar a los hijos. Y si la mujer se aburría en casa y no lo soportaba, no había nada de malo, dejad que muera siempre y cuando no deje de dar a luz, pues están hechas para esto”.

La teoría de la inferioridad intelectual de las mujeres se perpetuó con el hábito de mantener a la mujer alejada de las escuelas; tan solo los aristocráticos se podían permitir los costes elevados de una educación privada. La iglesia controlaba la mayoría de las escuelas y no se relacionaba con mujeres a no ser que fuera imprescindible.

La discriminación sexual se contemplaba incluso en las penas impuestas por brujería. En 1638 se redacto una ley según la cual si un hombre era acusado de brujería, lo colgarían pero si se trataba de una mujer, la quemarían en la hoguera.

¿Y hoy en día? ¿Qué reflexiones nos aporta la iglesia, sobre la realidad social, política, económica, etc., que nos conciernen tanto mujeres y hombres?

23 mayo 2007

Sexo, Género, Perspectiva de Género, Sistema Patriarcal, Mainstraiming de Género, Igualdad...


Hay que diferenciar Sexo de Género. Ya que sexo no quiere decir género y género no es sinónimo de Mujer.

Sexo es una clara diferencia biológica entre mujeres y hombres. Determina las características físicas ya que los seres humanos nacemos asexuados.

Género es un concepto social, hace referencia a los roles o responsabilidades que la sociedades y culturas determinadas atribuyan a las personas, por el hecho de ser mujeres y hombres.

Por tanto, los roles femeninos y masculinos vienen determinado por las construcciones sociales y culturales que se derivan de factores políticos, culturales, religiosos, así como de las costumbres, leyes, clases sociales, prejuicios institucionales o individuales. Estos roles son comportamientos aprendidos y a mi entender, modificables.

El análisis de género en una sociedad, nos muestra las diferentes necesidades y especificas entre mujeres y hombres, pues como sabemos nosotras representamos una categoría discriminada y desfavorecida en comparación a los hombres.

La perspectiva de Género hace que nos replanteemos los estatus de los hombres y la visión androcéntrica en las estructuras sociales. Se trata de un problema social que vinculan a mujeres y hombres, pues si a las mujeres se les desvaroliza y subordina, a los hombres se le impone en este sistema patriarcal un modelo cultural a seguir, esto es; limitar el desarrollo afectivo, el no poder expresar sus sentimientos, la imposición de responsabilidades sobre el destino de la familia, definirles actitudes como que han de ser fuertes, ambiciosos, etc.

Adoptar la perspectiva de Género implica la aceptación y voluntad de conseguir una igualdad real entre mujeres y hombres. Una igualdad buscada a finales del siglo XVIII, donde surge el Movimiento Feminista en busca de adecuar los derechos de las mujeres al de los hombres. Este Feminismo consiguió denunciar la opresión que sufrían las mujeres a causa del sistema patriarcal (sistema de poder establecido en base a un modelo de dominación masculina) y se reivindicaba la igualdad entre hombres y mujeres en el campo profesional, educativo, político...

El Mainstraiming de Genero es la integración sistemática de las condiciones, prioridades, y necesidades entre mujeres y hombres en todas las políticas con vistas a promover la igualdad de Género, movilizando todas las políticas y medidas generales con el objetivo de llevar a la práctica esa igualdad. El mainstraiming es transversal no solo en relación a sectores diferentes como sanidad, educación, etc.… sino también en relación al ámbito político, cultural, económico…

Esta medida nos permite evitar el aislamiento y la marginación en los proyectos dirigidos a las mujeres quines no incrementan su autonomía, su empoderamiento. Dicha igualdad por tanto se traduce en; la ley, en la igualdad de derechos, en las oportunidades (acceso a los recursos productivos, capital humano, salarios…) el empoderamiento de las mujeres…

Aún queda mucho camino por recorrer pero bien es verdad que algo se está consiguiendo. Sigamos así, concienciémonos todas y así podremos conseguir una igualdad real.

18 mayo 2007

El acceso de las mujeres a la Educación



El origen de los argumentos a favor de la educación de las mujeres se sitúa en la Ilustración, sin embargo, el proceso de escolarización y educación de las mujeres no siguió una evolución paralela al de la población masculina, ya que se ve postergada por una gran resistencia social fundamentada en las obligaciones domésticas.

El acceso a la educación ponía en peligro la aceptación de su papel tradicional dentro de la familia sólo se permitía la instrucción elemental y siempre que sirviese al mejor cumplimiento de sus funciones de esposa y madre.

En el siglo XVIII comienza a institucionalizarse la educación de las mujeres, aparecen
escuelas de niñas creadas por Carlos III en Madrid aunque la enseñanza se limitaba a ciertas tareas relacionadas con lo doméstico, sin permitir otro tipo de enseñanzas.

La instrucción (leer y escribir), así como algunas nociones de cultura general quedaban relegadas a las clases privilegiadas que además de aprender las tareas propias de su sexo (religión y moral), a comportarse adecuadamente en sociedad.
Como bien defiende Rousseau en “Emilio o de la Educación”, la educación de las niñas y de las mujeres debe estar subordinada a la educación masculina, del mismo modo que las mujeres han de estarlo a los hombres.

Las mujeres son conceptualizadas como un suplemento del varón cuya educación debe orientarse no hacia la consecución de la autonomía, sino hacia la dependencia: primero del padre y después del esposo. Por ello, es mejor formarlas en la sumisión y en la obediencia objetivo que había que conseguir no a través del razonamiento, sino del castigo. Pese a este panorama desalentador en todas partes comenzaban a alzarse voces que reivindicaban la educación femenina.

– La Ley de Instrucción Pública, de 1857, (Ley Moyano) supone la obligatoriedad de la asistencia de las niñas a la escuela, aunque manteniendo una importante diferencia en cuanto a los contenidos que recibían. Poco a poco el ambiente va siendo más favorable y ello hace que en toda Europa prospere la educación de las mujeres.

En España contribuyen a ello dos instituciones:

– Asociación para la enseñanza de la mujer.
– La Institución Libre de Enseñanza.

En 1910, la Institución Libre de Enseñanza, consideraba la “Coeducación” como un elemento fundamental para eliminar la inferioridad de la mujer, la cual no desaparecería hasta que ésta se educase no sólo como el hombre sino con él.

En nuestro país existieron algunas experiencias de enseñanza mixta en las primeras décadas del siglo XX, pero con la implantación del régimen franquista, a partir de 1936, fueron prohibidas.

En la actualidad, los estudios acerca del sexismo en la escuela se encuentran a medio camino entre la generación de alternativas educativas no sexistas y la valoración y eficacia de las mismas.

En los últimos veinte años, se han producido importantes avances normativos en materia de igualdad de oportunidades.

En los materiales educativos ha disminuido la presencia androcéntrica, pero aún se constata sexismo en el curriculum oculto.

El cambio hacia una escuela coeducativa es más factible si el profesorado ha recibido formación específica en materia de igualdad de oportunidades.

En la relación entre el profesorado y el alumnado, perviven los estereotipos de género, de manera que la interacción con unas y otros es diferente y las expectativas que se generan para cada grupo también

En la relación entre el alumnado, los chicos siguen desempeñando un rol protagonista y manifiestan una serie de conductas diferentes a las de sus compañeras.

Debemos pensar que la Educación es un compromiso social, un elemento indispensable para la autonomía de todas y todos.


Analicemos el Modelo Coeducativo del que tanto se ha hablado. ¿En que consiste? ¿Cuales son los objetivos?
La coeducación no surge de manera automática por el simple hecho de que niñas y niños compartan las mismas experiencias educativas en un espacio físico.

La coeducación implica:
Una intervención explícita e intencional que propicie el desarrollo integral de las alumnas y alumnos prestando atención al propio sexo biológico, al conocimiento de la otra persona y a la convivencia enriquecedora entre ambos géneros.
Una acción educativa, con criterios y planteamientos pedagógicos claros, que se propone un cambio de actitudes y la formación de hábitos que promuevan un mayor equilibrio entre mujeres y hombres.
Un reconocimiento de la propia condición sexual, haciendo que cada persona llegue a ser lo que realmente quiera.

La coeducación es un proceso que exige:
La eliminación de las discriminaciones presentes, tanto en la estructura y normas sociales como en las actitudes de las personas.
Una aceptación del propio sexo y de la propia identidad sexual que se apoya en el trato justo y la actitud positiva de quienes ejercen influencias en la construcción de patrones sociales y educativas.
Incidir sobre las actitudes, los discursos y los planteamientos no sólo del alumnado sino también del profesorado ya que la educación es un proceso de comunicación.
Poner al alumnado ante situaciones de igualdad real de oportunidades entre mujeres y hombres (académicas, profesionales y, en general, sociales) de tal modo que en la escuela nadie tenga que partir de una situación de desventaja o tenga que superar especiales dificultades para llegar a los mismos objetivos.
Propiciar una comunicación entre los sexos basada en el respeto mutuo, en el conocimiento adecuado, en la aceptación convivencial y en el diálogo mutuo.
Educar en igualdad, teniendo en cuenta el valor de las diferencias.